PUBLICIDAD: Buen recordatorio para tu edad (después de tu mamá)

La primera vez que caí en cuenta de que ya estaba en los 30`s fue un día en el que quise ver un video en Youtube y antes me salió un comercial de Ariel, al principio pensé: que mal segmentada esta la pauta. Luego cuando caí en cuenta de que me había visto todo el comercial y estaba convencida de que lo mejor para despercudir la ropa era Ariel, el gritito interior me dijo: ¡Oh, oh, tienes 31!

Luego de ese primer episodio me seguía negando a entregarme a los brazos de la publicidad para “señora” y empecé a buscar videos más adecuados, o sea busqué “Sorry” de Justin Bieber, pensando: “imposible pues, que acá me salga algo tipo Ariel” y tenía razón ya no salió Ariel, pero sopas Knorr sí. Y lo que hice en seguida fue lo más maduro -y acorde a mi edad- que pude haber hecho: cerré el computador y fui a comprar la bendita sopa para prepararla. No es cierto, solo cerré el computador y empecé a aceptar que era probable que la cosa no parara ahí y que fuera atropellada por anuncios de pañales, leche deslactosada, cremas antiarrugas, fajas y todos esos productos que, pese a que tengo la edad supuestamente correcta para usarlos, no uso.


Tampoco es que solo compre Fisher Price pero, sí debo reconocer que de la edad solo tengo el número, porque uso el jabón que caiga, tomo leche de almendras y no tengo la más mínima idea de cómo hacer una sopa. Aunque la publicidad puede llegar a ser tan convincente, que ya estoy pensando en usar productos de Hilda Strauss y a veces me hago la boba y le robo crema de Arawak a mi señora madre, aún me niego a caer en sus garras.

Quizás la vida esté intentando decirme algo o quizás mi síndrome de Peter Pan no me deje ver con claridad –es lo más probable- pero, mientras descubro qué es, seguiré cerrando los ojos, poniendo en mute los comerciales, mientras puedo saltarlos y seguir escuchando a Justin, digo a Julian Casablancas con tranquilidad.

Ilustraciones: Moisés Martínez

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